lunes, 29 de octubre de 2007

Menudo día...

Hay días en que si uno no se levanta no se pierde nada. No sucede nada extraordinario, ni te encuentras a Chayanne por la calle; más bien todo lo contrario. Mejor me hubiera quedado durmiendo y hubiera sido más feliz. He empezado más bien dormida, lo sé, me duermo demasiado tarde pero es que mi cuerpecito y mi cabecita no pueden dormir antes. Lo peor de esto es que luego en clase empiezo a dar cabezazos. Y siempre me he preguntado si los profesores se dan cuenta de eso. La verdad es que yo no lo noto, creo que ni me miran, pero, ¿y si sólo están disimulando? ¿Y si se dan cuenta de que me estoy durmiendo? ¿Qué pensarán: qué mal profesor soy que los alumnos se duermen o quién es esa que viene a clase a dormir? Si piensan de mí lo segundo, me avergüenzo (un poco). Espero que sigan sin darse cuenta. No es culpa mía, es del Power Point. Desde que los profesores universitarios lo descubrieron, estoy perdida. ¿Cómo daban clases antes de este invento y cómo es posible que ahora si les falla sean incapaces de dar una clase? Lo mejor de todo es que ponen el fondo azul eléctrico y las letras amarillas, y tienen que apagar la luz para que se pueda ver algo, y, claro, me lo ponen en bandeja. Es imposible no dormirse así.
En fin. Tras conseguir salir antes de las tres de la tarde de allí, me dispongo a dormir mi siesta... y antes de coger el sueño (mi siesta es sagrada) me levanto de un bote porque me he olvidado los apuntes... y los necesitaba... así que he salido disparada a buscarlos.
Ahora estoy zombi y tengo que leerme unos cuantos temas para mañana, que al final de la clase pasarán unas preguntas... A ver qué sale de todo esto. Puede que mañana sea mi día de suerte, pero ahora mismo, lo que tengo, es un sueño infinito.

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