jueves, 20 de mayo de 2010

19-mayo-2010

Cuando Don Quijote de la Mancha libera de sus cadenas a los galeotes condenados por el rey, les ordena que se dirijan al Toboso y cuenten a su señora Dulcinea lo que ha hecho por ellos, porque “De gente bien nacida es agradecer los beneficios que reciben, y uno de los pecados que más a Dios ofende es la ingratitud.”
Asimismo, abrazando al ventero, le agradeció, diciéndole cosas extrañas, la merced de haberle armado caballero y en conversación con el canónigo, el hidalgo manchego afirma: "Que mía fe señor, el pobre está inhabilitado de poder mostrar liberalidad con ninguno aunque en sumo grado la posea, y el agradecimiento que solo consiste en el deseo, es cosa muerta como es muerta la fe sin obras”.
Es difícil no estar de acuerdo con estas sabias palabras del ingenioso hidalgo, y como castellano-manchega que soy, y en mi propio nombre, quiero agradecer de todo corazón a todas las personas, -hermanas (todas y cada una de ellas), a mi querida Loli, a Chon, aunque ya no esté aquí, a Candi, a todas las trabajadoras, a las compañeras y a las amigas de la residencia-
todos los desvelos, apoyos, cuidados, compañía y consejo recibidos a lo largo de todos estos años en esta maravillosa tierra extremeña, que desconocida para mí, llevaré desde ahora siempre en el corazón y a la que en un futuro no me importaría volver, si Dios quiere, para afrontar nuevos retos o para iniciar nuevas etapas de mi vida personal o profesional.
Quiero también, en este momento, pedir perdón a todas las personas citadas, por las molestias que mi comportamiento les haya ocasionado, porque se han debido a los pocos años y a la escasa experiencia, y en ningún caso han sido producto de la mala intención.
Como deseo hacer mía la recomendación que el caballero andante hace a su escudero para que sea breve en sus razonamientos, porque ninguno hay gustoso si es largo, y no quiero provocar vuestro enfado ni abusar de vuestra paciencia, quiero terminar a modo de despedida, con las últimas palabras dichas por Don Quijote: “Vámonos poco a poco, y aunque en los nidos de antaño no haya pájaros hogaño, quisiera dejar mi estancia aquí, en el recuerdo de las personas que a lo largo de este tiempo me hayan apreciado". Muchas gracias.

jueves, 13 de mayo de 2010

La última clase

Hoy ha sido la última clase de la carrera. De Preventiva. Es una asignatura horrorosa, es horrible de estudiar, puedo estar toda la tarde con un solo tema y no acordarme cinco minutos después de terminarlo del mismo. Es frustrante y agobiante. Siempre me he preguntado cómo será Preventiva en otras facultades, con otros profesores. Lo mismo hasta la hacen fácil y bonita.
No recuerdo cuál fue mi primera clase, la verdad. Sé que llegué a la facultad, estuve sola en la puerta del anexo 1 (que pensé que ya no funcionaba porque se caía a cachos, pero sí que funciona todavía) y entré. Creo recordar que llegó el vicedecano de aquel momento, dijo unas palabras y se fue. Y creo que lo siguiente fue una clase de Anatomía. Pero no puedo asegurarlo. Es lo que tengo, lo he tenido siempre, lo que no me gusta lo olvido rápidamente. Y quizá después de Anatomía vino una clase de Bioestadística. Pero tampoco puedo asegurarlo. Recuerdo que tenía el pelo muy corto, y que desde entonces odio el pelo corto y mi obsesión es tenerlo largo. Después de llevarlo rizado unos años, me lo corté a lo bestia para recuperar mi liso original y lloré pidiendo unas extensiones. Odio el pelo corto. Ahora ya está medio largo otra vez.
Esto no viene al caso.
Hoy ha sido la última clase de la carrera. De 13 a 14 h. Ese momento que, cuando se empieza, parece que nunca llega; y sin embargo, ya no habrá más. Ni madrugones corriendo al autobús, ni carreras desde el Perpetuo para volver a las clases de la una, ni pedir a alguno o a alguna que te acerque en coche... Nada. Se acabaron las clases y las prácticas. Y no es por este curso, es definitivo; aún me cuesta creerlo. La próxima vez que vuelva será de manera distinta (después de acabar los exámenes, obviamente). Se acabó, y no estoy especialmente contenta; tengo ganas de llorar... voy a llorar un rato.

miércoles, 12 de mayo de 2010

XXXII promoción

Sábado, 24 de abril de 2010.

Gracias a todos y a todas por hacer de ese día uno de los mejores de mi vida. A mi familia. A mi abuela materna, que ya no está aquí. A las amigas que me acompañaron. A las que no pudieron pero se acordaron de mí. Gracias a todo aquel que me haya apreciado y compartiera (o hubiera querido compartir) ese día conmigo. Gracias. Ya me he graduado en Medicina.

Por cierto, me he dado cuenta de que el Festival de Teatro Contemporáneo de 2009 (octubre-noviembre) también fue la XXXII edición. Curiosa coincidencia. Números pares.