domingo, 9 de noviembre de 2008

La trigésimo primera edición del Festival de Teatro de Badajoz

Soy teatrófila. Y desde que deambulo por estas tierras no he faltado ni un solo año a este festival, a una o varias de las obras que por él desfilan. Y este año no iba a ser una excepción. Aunque me he perdido el ingenio de Els Joglars (que no me perdí el año pasado) lo he intentado compensar con dos obras: La señorita Julia y Boris Godunov.
De la primera debo confesar que me esperaba otra cosa y de la segunda, que no me esperaba nada. Sorprendente desde el primer momento, La Fura dels Baus (todo talento) juega con el miedo. Recreando hechos reales, asusta, intimida, agobia; todo el público acaba entrando en esa provocación, en ese sentimiento de terror, en esa angustia; pensando "Esto fue real", parece real, te atrapan... Maravilloso el final.
Encantada de haber elegido esas dos representaciones. Remitiéndome a unas cuantas entradas más abajo, una de las experiencias que tengo que vivir, al menos una vez en la vida, es la de ir a TODAS las obras de una de las ediciones del Festival; sacarme el abono y disfrutar. Y como dice Miguel Murillo Gómez, director del Consorcio Teatro López de Ayala: "El Festival pervive porque tiene público". Público que llenó esos días el patio de butacas completo, dispuestos a vivir el teatro.