martes, 17 de noviembre de 2009

Ensayos

Esta tarde ha sido genial. Im- presionante. Aún me duele la cabeza. Pero antes de irme a dormir, quiero analizarla.

En primer lugar, me molesta ir a clase por la tarde. Me parte el día, y se me pasa la semana sin estudiar, siento que no hago nada y que el tiempo pasa... Pero, bueno, me gusta ir a clase y conseguir mis propios apuntes, así que he ido.

En segundo lugar, me molesta quedarme para la organización del día F (F de fiesta, ojo), porque siento que pierdo el tiempo. Pero en el fondo del fondo del fondo, muy muy muy muy al fondo de alguna parte de mi cabecita rara, me gusta enredarme en esas cosas. Y me he quedado.

En tercer lugar, debo aclarar que entre nosotros, los compañeros (a veces) de la clase, es imposible hablar. IM-PO-SI-BLE. Sólo se discute o se pegan voces o se hacen con el cotarro los cuatro de siempre.

En cuarto lugar, aunque al principio me ha hecho gracia, al final estaba hasta el mismísimo y más arriba, porque es insoportable la que se lía para hacer algo.

Pero me he quedado. Ahora tengo mucha sed. Yo creo que el día F, en vez de Anís del Mono (yo le regalaba botellas a mi abuelo por su cumpleaños, y era el regalo que más agradecía y más le gustaba de todos) voy a llevarme una botella de agua, porque si no, no aguanto. Y puedo concluir, y concluyo, que hay gente que lo vive. Lo vive intensamente. La fiesta y todo eso, quiero decir. Lo vive, lo vive. A veces pienso cómo sería yo si fuera así.

Ahora voy a soñar con los tambores y la lanza. Sin poder evitarlo. Porque mi rara cabecita se queda con imágenes que luego no olvida. Siempre tuve buena memoria visual, audiovisual.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Dos caras distintas

La he oído esta noche y parecía escrita para mí, dirigida a mí. Me he sentido descrita de una manera tan exacta...


Tiene dos caras distintas, no sé cuál debo mirar.
Tiene dos vidas distintas, no sabe cuál emplear y cuál quiere ocultar.
Tiene un problema de prisa, lo que quiere lo quiere ya.
Tiene un problema de vista, no ve dónde está el principio y el final.
Sin pasar del lado oscuro del mal al lado de, al lado de la soledad.
Tiene palabras que hielan, que ella sabe emplear.
Tiene palabras que llegan al fondo de mi extraña soledad.
Sin mirar la luz se suele apagar al lado de, al lado de la oscuridad.
Y en cada sonrisa tiene su rencor por alguna razón,
y siempre olvida todo lo que soy, y cada minuto que le doy.
Tiene dos caras distintas, no sé cuál debo mirar,
tiene dos vidas distintas, no sabe cuál emplear y cuál quiere ocultar.
Dos caras distintas...

Como yo. Como todos.