Y todavía resuenan en mi cabeza, cada día, esas palabras:
“Te has rendido muy
pronto”.
Lo peor es que me perseguirán durante mucho tiempo. Y
empiezo a sospechar que las tendré presentes el resto de mi vida.
Y todavía resuenan en mi cabeza, cada día, esas palabras:
“Te has rendido muy
pronto”.
Lo peor es que me perseguirán durante mucho tiempo. Y
empiezo a sospechar que las tendré presentes el resto de mi vida.