jueves, 22 de enero de 2009

Toc, toc... ¿Puedo pasar? Soy la época más feliz de tu vida...

...¡Hola! ¡Adelante, pasa, pasa! No te quedes ahí fuera. ¿Eres...?

...exactamente, soy tu Infancia.

¡Vaya! ¡Qué sorpresa! No te esperaba. ¡Pero pasa, por favor! Esta es mi morada ahora, es pequeña, pero mía, aquí me han pasado tantas cosas...

...lo sé. Has reído y llorado. Antes reías más, te recuerdo así, siempre. Ahora has cambiado, has debido llorar mucho; tu llanto está oculto en las paredes que te rodean...

...no sabía que las paredes hablasen... ni ocultasen cosas... ¡Siéntate, ponte cómoda!

Gracias. No tienes ni idea de lo que me pueden llegar a comunicar. Siento todo lo que hay en esta habitación. ¿Dónde está la niña que una vez fuiste?

Creo que se ha perdido... No creo que se haya ocultado entre las paredes...Por cierto, ¿cómo me has encontrado? ¿Cómo has sabido dónde estoy? Son pocas las personas que lo saben, incluso personas cercanas a mí, en algún sentido, creen que estoy en otra parte...

Ha sido casualidad. Una foto, una persona. Son las que me han traído hasta aquí.

¿Puedo verla y saber quién ha sido? ¡Uf, perdóname! No te he ofrecido nada, ¿quieres algo?

No te preocupes. Sabía que antes o después acabarías ofreciéndolo. Un poco de agua, tengo mucho que contar. Y sí, puedes ver la foto, detrás de ella está el nombre que me ha traído hasta aquí. Oh, gracias por el agua. La taza es muy bonita.

Gracias. Un angelito pintado.

Ya lo veo. Como tú, ¿no?

Eso no debería decirlo yo... Vaya, no me esperaba ni la foto ni el nombre.

Lo sé... es seguramente lo que menos esperabas en un día como hoy, que podría haber sido realmente cualquier otro. ¿Reconoces... o te echo una mano?

No hace falta... lo reconozco todo... son muchas cosas las que vuelven a mi cabeza...

Lo sé. Soy yo quien vuelve a tu cabeza.

Tenías razón al principio... siempre estaba feliz... Supongo que era la edad... ¿Por qué me hiciste aquello? ¿No crees que te marchaste un poco pronto?

Era necesario. Tenías que madurar.

¿Y crees sinceramente que lo he conseguido? Porque a veces, con más frecuencia de la que me gustaría, lo único que siento es que arrastro una enorme tristeza... y pesa mucho... a partir de aquel momento nada fue igual...

Sé que sufriste mucho. ¿Recuerdas cuando no pudiste reprimir las lágrimas...?

Perfectamente.

Lo siento. Te estoy haciendo llorar.

No puedo evitarlo... realmente era feliz...

¿Y eras consciente de ello?

No creo... ya sabes lo que se dice... que nunca se valora lo que se tiene hasta que se pierde, y todo esto lo perdí hace tanto tiempo...

Tranquila. Deja fluir todo lo que sientes. Lo creías olvidado, ¿verdad?

Sí, pero ahora... Lo recuerdo todo. Recuerdo perfectamente cuál era y dónde estaba mi casa. Encontraría el camino sin ningún problema. Sé volver a la escuela que me enseñó mientras tú me acompañabas, Infancia. Y recuerdo el camino casa-escuela. Cuando mi madre me mandaba a hacer recados, y todo el pueblo me conocía como la hija del maestro, como si el maestro fuera lo más... Era maestro de EGB, todavía existía en aquella época... Entraba en una tienda, o en alguna parte, y automáticamente me preguntaban: "¿Eres la hija del maestro, verdad?" Sí, lo soy... Recuerdo el nombre del colegio. El mercadillo de los miércoles. Las panaderías. Las calabazas Ruperta del 1,2,3 que se coleccionaban con los chicles. Los pasteles que encargábamos los domingos. Las Navidades, los Reyes Magos que venían en burro y repartían regalos en la plaza... una vez, a mi padre, no sabíamos qué era... Las fuertes nevadas y el frío, las lluvias que formaban ríos descendiendo la cuesta que era mi calle... Las ovejas que pasaban por ese mismo asfalto. La misa de los domingos y las catequesis. Los carnavales y nuestros desfiles después de ir disfrazados esa tarde al colegio. El escondite en la calle, los lanzamientos de trompo, la cuatrola y el tute, en los que era una experta... Ahora ya no recuerdo cómo se juega. Las postales de Xuxa y sus canciones. Las tardes en casa de mi amiga, jugando e imitando a la cantante. El descubrimiento de Laura Pausini y de lo que era un CD. El intercambio de cromos de Barbie, el único álbum que he completado en mi vida... y que aún conservo. La plaza... su olivo centenario... sé que lo quitaron y que le dedicaron un pequeño homenaje. La fuente que sólo funcionaba en las fiestas de Santiago Apóstol... ah, las fiestas... los pequeños puestos y la verbena... esas fiestas fueron lo último que disfruté allí, mis padres quisieron que me quedara con un buen recuerdo... mientras dormíamos ya en una casa vacía que dejaba de ser nuestro hogar... la felicidad que dejé allí, entre sus paredes, en mi gigantesca habitación. Recuerdo el parque que abrieron, y el camino a la iglesia. Las ruinas del castillo. La amistad, las manualidades por las tardes después del colegio. Aún conservo mi paño de punto de cruz. Los pueblos cercanos... he recorrido todas las verbenas populares, ahí aprendí a bailar... Viajábamos más que la maleta de la Piquer, en nuestro R5... Ir a Ciudad Real era un acontecimiento único, y ahora, ya ves, estoy todos los días allí... Aún veo pasar los autobuses de la Sepulvedana, he hecho más kilómetros que ellos... Recuerdo a nuestra casera, su marido y sus dos hijas... Su marido conducía un autobús de la Sepulvedana, precisamente, de allí a Ciudad Real... Recuerdo los domingos en el campo, y el río Guadalmena. La frontera con Jaén. La piscina, siempre fría, qué frío hacía allí... Aprendí a nadar, y a montar en bicicleta. Los nervios de mi padre tras una tarde entera en la piscina escuchando a El Último de la Fila... al socorrista... mi padre pidiendo al socorrista que dejara un rato que escucháramos el agua... Las pistas de tenis y El Olmo. Las caídas de la bici y mis rodillas ensangrentadas, y mis manos... La biblioteca. Y la bibliotecaria. Que hacía actividades para nosotros, y ponía películas en lo que ella llamaba "cine". Jamás le dije lo que me gustaba aquello, lo que me encantaba leer y su fomento de la lectura y la cultura en los niños. Me hacía gracia cómo nos saludaba desde el coche: alzando las cejas... LO RECUERDO TODO.

Estás sonriendo...

Sí, entre lágrimas. Son muchas emociones las que están golpeando en este momento mi frágil corazón.

Quizás debería haberte avisado...

Oh, no, no, no, no. Ha sido una sorpresa maravillosa.

Has hablado al final más que yo.

Ya... no puedo evitarlo... cuando me enrollo no hay quien me pare...

Sé lo que sientes. Y quiero que guardes todo esto como un tesoro.

Recuerdo cuándo me abandonaste... yo tenía 9 años. Y estaba en el colegio.

¿Quieres que hablemos de ello?

Sí. Una profesora dijo algo... yo no lo entendí muy bien... Y me eché a llorar, delante de todos mis compañeros y amigos. Mi padre me daba Plástica y Conocimiento del Medio aquel año... Luego me lo explicaron en casa... y al final no salió como esperábamos. De lo contrario yo no estaría aquí, estaría en casa.

Fue tu decisión. Era lo que querías, ¿no?

A veces dudo. Creo que no he madurado lo suficiente.

Yo creo que sí. Aunque reconozco que aún te cuesta ubicarte un poco. Te dije al principio que habías cambiado, pero en el fondo... aún veo a la niña que fuiste, que según tú, se ha perdido.

Se ha ido para siempre.

Eso no es cierto. Sigue ahí. Lo noto. En tu voz, en lo que has contado, en la viveza de tus recuerdos. En la ilusión que mantienes. En la felicidad que has sentido al ver la foto, la emoción que te ha desbordado... ¿te duele el corazón? Has roto a llorar.

No, no, estoy bien, no pasa nada. Es llanto... de alegría. Esa emoción que dices... es positiva.

Me alegro. Oye, deberías irte a dormir. Lo necesitas.

No quiero que te vayas, Infancia. Quédate un ratito más...

Te acompañaré esta noche, en tus sueños. Ya me has recuperado, ya sabes lo que tienes que hacer. Mañana, hazlo. Habla, pregunta, cuenta. Recupera aquello que tenías en la foto. Tienes una oportunidad maravillosa.

Me ha encantado reencontrarme contigo... ¿Qué haces?

Inducirte sueño.

Te aseguro que puedo evitarlo, estoy acostumbrada a trasnochar y no podrás...

Duerme niña. Y sueña. Aún te quedan muchas épocas felices en tu vida. No pierdas la ilusión. Lucha. Te queda mucho por descubrir... Guarda esa base, guárdame. Yo velaré tu sueño, hoy, mañana, siempre. Descansa, niña.
Descansa. Me gusta verte dormir así, me gusta ver la expresión tranquila de tu rostro dormido. Espero de corazón que mi visita haya mejorado tu estado de ánimo. Descansa. Me quedaré contigo, siempre.

Infancia...

Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, es hora de dormir. Ríndete al sueño. Duerme, duerme, duerme...

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