viernes, 15 de enero de 2010

Orla

Vaya por delante que yo no quería salir en la orla, pero después de que me montaran una bronca tan grande como el Empire Estate Bildin y de que me exigieran que me hiciera las fotos, pues ya está. Hoy me han tirado las fotos para la orla de fin de carrera.

No sé cómo saldré al final, porque el fotógrafo no era especialmente amable, y tenía prisa, y decidir en 0,2 segundos en qué foto de cuatro disparos me veo mejor... pues me veía igual en todas. Pero bueno, he elegido una normal y otra con birrete (americano, porque yo quería el español, pero parecía un obispo con eso en la cabeza).

Eso sí, aunque hace algún tiempo en una entrada anterior dije que me volvían loca los chicos con camisas blancas con mangas del siglo XIX, hoy tengo que decir que, aunque las camisas de hoy ya no tienen esas mangas, no hay nada más sexy que un chico con una camisa blanca. A pesar de que las mangas no sean las mismas. Ays...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola! sí... lo cierto es que últimamente me está dando por actualizar mucho más a menudo de lo habitual.

Lo que tú dices sí que me ha pasado, y también he sentido una especie de necesidad de contar eso tan extraordinario/triste/temido/deseado... que me acababa de pasar, pero por otra parte hay cosas que prefiero guardarme para mí, porque es como si al compartirlas con alguien perdiesen parte de lo que tienen de especial o simplemente, porque prefiero que no se sepan.
Lo cierto es que es un poco contradictorio, pero supongo que no seré la única a la que le pasa...

Sí que estoy estudiando Historia del Arte, es de las pocas cosas que siempre he sabido que quería hacer.
Aunque creo que lo que tú estudias tiene mucho más mérito que analizar y estudiar obras que han hecho otros.

Respecto a lo de tu última entrada, yo suelo ser de las que se resisten a salir en la orla, así que te comprendo perfectamente!

Nos leemos y ya me dirás qué te parece Nacho Vegas cuando escuches algo suyo, eso sí, triste es un rato. un beso!

PD/ te confieso que a mí también me fascinan los chicos que llevan camisa blanca con mangas del siglo XIX.