jueves, 21 de mayo de 2009

Suerte... y hasta siempre

He tenido un flash-back. A las nueve y media de esta mañana, más o menos. Estaba en clase con el Dr. S y, de pronto, como en las películas, me he vuelto a ver en primero, cuando, en su primera clase, intentaba copiar a toda velocidad las tablas que colocaba en el proyector. Era inútil. No me daba tiempo. En primero andaba yo obsesionada por coger todo, absolutamente todo lo que cada profesor explicaba en sus clases. Hasta que me dí cuenta de que dejaba los apuntes de sus tablas.


Este profesor me acompañó en primero, en segundo, en tercero y me ha dejado hoy en quinto. Hoy ha sido su última clase para y con nosotros. No he copiado como una loca, ya sé que deja sus tablas (harán historia y tendrán fama esas tablas entre nosotros todos sus estudiantes). Y cuando ha acabado se ha despedido de nosotros con un discurso, creo, premeditado.



Lo que más me ha gustado de todo (ha citado a Unamuno) ha sido el final: nos desea lo mejor, nos desea felicidad en nuestra vida profesional (cabeza y corazón) y en nuestra vida personal y afectiva, y nos desea, sobre todo, lo fundamental para conseguir todo lo anterior, y si no fundamental, al menos, sí muy importante: SUERTE.


Sé que no tengo lágrimas en los ojos, pero llevo llorando desde las diez de esta mañana, cuando, después de toda la carrera con él ha salido por la puerta diciendo : “Suerte, y hasta siempre”. Muchas gracias, Dr. S.

3 comentarios:

Mj dijo...

El primer día que me dio clase, sinceramente, me pareció un gilipollas. Pero me equivoqué. Según pasaban los años, vi en él mucho más de lo que otros profesores juntos habían intentado.
La pasión por lo que hace, las ganas de enseñar lo que sabe. Las palabras largas, las deducciones lógicas en algo tan puramente mínimo como es su asignatura.
Quise que fuera el padrino de mi promoción porque me considero fan suya.
Por el hospital ni siquiera se le ve, pero no cae en el olvido nada de lo que dijo.
Joe, que me voy a emocionar y todo :) Viva el Dr S! Vivan las lamelas anilladas!

Mini dijo...

¡Viva! Yo también le quiero como padrino de mi promoción. Es que me emocionó esa despedida, y es el único que está contigo prácticamente durante toda la carrera (por lo menos en mi caso).

Anónimo dijo...

Siempre hay algo de tristeza en las despedidas, del tipo que sean...
De lo que he leido todo me ha gustado, cómo escribes y lo que dices, y sólo me queda añadir que como dijo tu profesor. Suerte en tu vida :)