jueves, 1 de enero de 2009

El Año Viejo

Así reza una célebre canción interpretada por Celia Cruz. Es una de mis favoritas para estas fechas. Para mí, la frase estrella en toda la melodía es: "Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas". Y es cierto. Buenas y malas. Parece que hay que dejar el año viejo atrás, hala, a otra cosa, a empezar el 2009 con buenos propósitos. Pues yo no voy a olvidar las cosas buenas: unos buenos regalos en Reyes, un febrero impresionante en lo que a exámenes se refirió, una Semana Santa tranquila, apoyo y comprensión cuando creí que no la encontraría, risas, risas, risas, risas, un buen montón de frases célebres, unos viajes en tren maravillosos, entretenidos, divertidos, que echo de menos cuando no los tengo, descanso, la graduación de mi hermano y el fin de su carrera universitaria (con envidia, lo confieso), un empiece con ilusión, un curso un tanto raro y unas navidades muy esperadas y tranquilas.
A Celia Cruz le dejó otras cosas. Yo, lo demás, lo malo, lo negativo, lo que me hizo daño y lo que me hizo sentir como una idiota, lo he olvidado. El año viejo sólo me ha dejado cosas muy buenas.

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