Se supone que estoy de vacaciones, pero la verdad es que no puedo parar. No me convence la vida de universitaria. O no me la he sabido organizar correctamente. Porque tengo que hacer un montón de créditos de libre elección (vaya sistema de estudio) y he recurrido a los cursos de verano, renunciando a dos semanas de mi pseudodescanso. Yaaaaaa, vaaaaaaaale, no es para taaaaaaaanto, dos semaaaaaaanas, qué vaga sooooooooooooooy, pero es que necesito dormir, un rato, no hacer estos cursos nada más terminar las clases, sino más adelante, a finales de julio, o en agosto... Pero es que sigo madrugando, y perdiendo el tiempo, porque los cursos que me convienen no tienen nada que ver con mi carrera... Menos mal que con mi regalo de cumpleaños se me pueden hacer más llevadero.
Porque acabo de cumplir añitos, los dos patitos, y me alegra que sea en verano, porque no tengo que ir a clase... excepto ahora, que siendo universitaria, o tengo un examen, o un curso para que me den créditos. Qué carrera más laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargaaaaaaaaaaaaaa (pero bonita, eso sí). Lo que falla es el sistema de créditos. Otro día lo pongo a parir, que ya no tengo tiempo. ¡Y enhorabuena a María, oleoleoleole!
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